En moda, la nostalgia es una fuerza poderosa. Los primeros años de los 2000 siguen dominando todas las tendencias y su influencia es innegable. Desde el regreso de los shivers jeans a la cadera hasta las faldas de cuadros que parecen salidas de Clueless, las piezas con aire vintage se han ido colando, sutilmente, de nuevo en nuestro clóset. De todas las siluetas que están causando sensación ahora, el top babydoll ha conquistado a muchas.
El regreso del babydoll
Últimamente, el interés por este top Y2K se ha disparado, en parte gracias a la emoción de TikTok por la nueva colección dosmilera de Hollister. Una colección inspirada en principios de los 2000, salida directo de nuestros sueños de secundaria, que revive el amor de la época por las cinturas imperio, los holanes y las formas sueltas y fluidas. Es una versión ligeramente actualizada para el público de hoy que busca un estilo hiperfemenino y, la verdad, un respiro del minimalismo rígido que ha dominado la escena en los últimos años.
Este cambio se aleja de la popular clean girl aesthetic y se acerca a looks más atrevidos y llamativos. Solo hay que ver el regreso de piezas icónicas como el vestido tipo banda de Herve Leger para comprobarlo. En lugar de recurrir únicamente a paletas apagadas y neutras, la gente está buscando colores y piezas que transmiten un aire más divertido.


De la lencería a la pasarela
Antes asociada con ropa de dormir o con la inocencia juvenil, la silueta babydoll ha evolucionado a un básico versátil, impulsado por celebs como Sabrina Carpenter, que le da un toque fresco y más adulto. Ya sea usándolo suelto y solo en el escenario o combinado con capas fuera de él, su estilo personal refleja mejor este cambio cultural: el top babydoll ha pasado de ser solo una pieza de nostalgia a algo más.
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Su historia se remonta a los años 50, cuando la diseñadora Sylvia Pedlar popularizó un vestido corto y suelto. Nació como una pieza de lencería atractiva, pero con el paso de las décadas ha resurgido en distintas olas: las capas bohemias y románticas de los 70, los holanes girly de los 90 y sus reinterpretaciones más recientes de la era Y2K, cada una con su propio giro. Aunque tradicionalmente se asocia con un aire de soft girl, el encanto del babydoll siempre ha tenido un espíritu rebelde.
Las pasarelas también lo han adoptado con todas sus versiones. En Chloé, el look se centró en frunces suaves, telas fluidas y holanes delicados que le daban un aire ligero y romántico. Valentino llevó las cosas más allá con capas de encaje en tonos contrastantes. Su estilismo se basa en cinturas ceñidas y bordados ricos que aportan un aire dramático y de alta costura. Luego, Cecilie Bahnsen jugó con proporciones subvertidas, combinando tops babydoll voluminosos y etéreos con tenis planos y chunky. Estos accesorios minimalistas llevaron el look a una nueva arena y le dieron un toque de streetwear.


Cómo llevarlo sin fallar
Dominar el top babydoll en el día a día se trata de equilibrio. Como la forma es suelta y voluminosa, combinarlo con pantalones entallados, jeans de tiro alto o hasta una falda estilizada mantiene las proporciones favorecedoras y pulidas. Si no sabes cómo combinarlo, prueba con piezas estructuradas como chamarras cortas de piel o blazers ajustados para añadir dimensión y mantener el look con estructura. Como el babydoll ha pasado por tantas versiones y estéticas durante décadas, la inspiración para usarlo es infinita; todo depende de tus preferencias.
Si pensabas que esta silueta era solo otra microtendencia pasajera, piénsalo de nuevo: está lista para convertirse en tu nuevo secreto favorito de clóset.

Nota original de: InStyle.com
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