Regidos por el Sol, los Leo llegaron al mundo con un contrato cósmico: ser el centro de atención. Tienen una presencia magnética, una seguridad que a veces raya en la arrogancia y una necesidad constante de sentirse validados. Pero no te confundas, bajo ese brillo hay un corazón enorme. Leo es apasionado, generoso, protector y profundamente leal. Eso sí, también viene con su buena dosis de red flags.
La buena noticia: cuando aprendes a leer su manual emocional (y a sobrellevarlo con humor), Leo se convierte en un amor tan intenso como inolvidable. La mala: te va a pedir atención constantemente.
Red flags 100% Leo (y cómo detectarlas)
La autoestima no les cabe en el cuerpo (y a veces tampoco en la relación)
Leo se ama. Punto. No lo disimulan ni lo consideran una exageración. Para ellos, tener amor propio no es opcional, es una responsabilidad pública. Saben que se ven bien, que son talentosos, y que tienen “algo” que hace que todo el mundo los voltee a ver.
¿El problema? A veces confunden confianza con narcisismo. Si sales con un Leo, prepárate para competir con su espejo, su feed de Instagram y su lista de logros personales. Necesitan admiración constante, y si no se las das, van a empezar a buscarla en otra parte… incluso si es solo con una selfie y un caption pasivo-agresivo.
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Pero también hay algo fascinante en estar con alguien que sabe lo que vale. En un mundo lleno de dudas, Leo es una lección de seguridad. Te inspiran a subirte el ánimo, a ponerte ese outfit atrevido, y a creértela un poco más. Aunque, sí, a veces se pasan.

Drama es su segundo nombre
Una relación con Leo nunca es aburrida. Jamás. Ellos no discuten, arman escándalos. No hacen reclamos, te dan monólogos emocionales. Y si les rompes el corazón (aunque sea tantito), lo van a vivir con todo.
Pero el drama no siempre es malo. Con Leo, todo se vive intensamente, te van a mirar como si fueras arte, te van a defender como si fueran tu abogado, y te van a amar como si no existiera un mañana. El problema es que esa intensidad también se aplica a las peleas. Discutir con Leo puede sentirse como estar en una obra de teatro de tres actos.
El orgullo como mecanismo de defensa (y de sabotaje)
Leo jamás te va a rogar. Aunque te extrañe, aunque sepa que la regó, aunque esté soñando contigo todos los días. Su orgullo es gigante y muchas veces no los deja pedir perdón, incluso cuando quieren.
Si discuten, prepárate para el clásico “haz lo que quieras” mientras se muerden la lengua por no llamarte. Porque para ellos, ceder es admitir que no tienen el control, y Leo sin control es Leo en modo crisis.
Pero cuando deciden bajarle tantito al ego, aparece una parte mucho más vulnerable y real. Ahí es cuando sabes que van en serio. Solo no esperes que esa parte se muestre sin pelearla un poco.
Son un poquito territoriales
Leo no ama a medias. Cuando escogen a alguien, lo hacen con todo. Pero eso también viene con una pequeña trampa: quieren exclusividad emocional.
Les cuesta compartir tu atención, tus secretos, tus planes… o tu amor. No importa si es tu mejor amiga, tu primo o tu entrenador del gym. Si te ven demasiado conectado con alguien más, se activan los celos.
Eso sí, jamás te lo van a decir directamente. En lugar de decir “me dieron celos”, probablemente hagan un comentario sarcástico, desaparezcan por unas horas o se echen una indirecta.
Detrás de esos celos hay una necesidad genuina de sentirse importantes, especiales, únicos. Si los haces sentir eso, bajan la guardia y te muestran un amor que no tiene comparación. Pero si los ignoras… prepárate para verlos en modo diva.
¿Cómo amarlos sin perder la cabeza?
Amar a un Leo es entrar a un universo donde todo es grande, los sentimientos, los halagos, los reclamos, el amor. Son exigentes, pero también entregados. Quieren ser admirados, pero también quieren admirarte. Y si logras pasar las pruebas de ego, paciencia y aplausos, te vas a encontrar con alguien que te va a cuidar, inspirar y elevar todos los días.
La clave es no tomarte todo tan personal. Entiende que detrás de su actitud intensa hay un niño interior que solo quiere sentirse amado. Y sí, vas a tener que decirle que se ve increíble al menos tres veces por semana. Pero si eso no te molesta, Leo te va a dar una relación digna de película.
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