Durante años, la ropa para dormir vivió relegada a ese cajón oscuro donde van a morir las playeras con estampados deslavados, los boxers heredados y los conjuntos que jamás harías públicos. Pero algo cambió. Y no fue solo la pandemia ni el home office ni los TikToks en bata de satén. Cambió la forma en la que vemos el descanso, el lujo y el estilo. Hoy, usar pijama fuera de casa no es una falta de respeto al “dress code”. Hoy el sleepwear es un statement.
Las nuevas generaciones ya no están dispuestas a sacrificar comodidad por verse bien. Y lo que es aún más interesante, tampoco están dispuestas a ocultar sus momentos de descanso. Mostrar tu morning routine en una pijama cute ya no es un guilty pleasure, es parte del lifestyle. Es aspiracional. Es decirle al mundo: “Mira lo bien que descanso, lo bien que me cuido, y lo bien que me veo sin intentarlo”.
La era del “pijama all day”
La transición fue sutil pero imparable. Primero fueron los sets coordinados que servían como loungewear. Después, empezamos a ver camisas de dormir con cinturones y flats. Luego, los boxer shorts se convirtieron en la pieza favorita de todas para el verano. Y casi sin darnos cuenta, marcas como Brandy Melville empezaron a borrar la línea entre sleepwear y streetwear, con colecciones enteras que funcionan igual para dormir que para salir. La pijama dejó de ser privada. Se volvió pública. Deseable. Y, sobre todo, streetwear.


En TikTok, los videos de pijamas se han disparado más de 800% en vistas desde 2024 según Business of Fashion. Las marcas de sleepwear están creando campañas que parecen sacadas de editoriales de moda, y eventos como pijama-parties con influencers (vestidas en seda y lentejuelas) están desplazando los launchings tradicionales. El mensaje es claro, si te lo pondrías en casa, asegúrate de que también funcione en la calle.
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De la cama al café (sin cambiarte de ropa)
Una buena pijama no se trata solo de dormir bien, sino de lo fácil que es salir con ella sin parecer que acabas de despertar. El nuevo lujo es ese set que se siente como segunda piel, pero que también puedes llevar al súper o a una comida improvisada sin pensarlo dos veces. Tal vez no te pongas la pijama entera, pero si combinas los shorts con una t-shirt blanca y tus Sambas favoritas, ya estás lista. O puedes usar la blusita gingham con jeans y flats para un día de museos. Todo está en cómo lo mezclas.
Para que el sleepwear funcione fuera de casa, hay que cuidar algunos detalles. El corte debe ser estructurado: botones, cuellos, puños o cinturones que le den forma. Los materiales importan, algodón, lino o seda elevan el look, mientras que las telas flojas o muy casuales lo bajan. Todo debe sentirse intencional, así que suma accesorios como lentes de sol o bolsos con personalidad. Y por último, elige colores y estampados combinables, tonos neutros, rayas, cuadros o prints discretos que mantengan el equilibrio entre cómodo y cool.
Y si de plano te quieres ver bien, súmale unas plumas (Sleeper lo hace espectacular), unas sandalias tipo kitten heel y tu mejor messy bun.


El descanso como nuevo símbolo de estatus
Vivimos una era en la que estar cansada dejó de ser cool. Ya no nos interesa el hustle 24/7 ni presumir que dormimos tres horas para sacar un proyecto. Hoy, descansar bien es una forma de éxito. Y tener una pijama digna de mostrarse en público es parte de ese nuevo lujo discreto.
Lo que usamos para dormir habla de cómo nos tratamos a nosotras mismas. Y cada vez más marcas lo entienden. Hill House Home, Eberjey, Daphne y Alo están construyendo universos estéticos alrededor de la intimidad. Pijamas que parecen vestidos de cóctel, shorts de boxer con bordados, tops con moños a los lados. Todo diseñado para que ese momento de “no tengo que salir, pero si salgo me veo increíble” se vuelva regla y no excepción.
Así que la próxima vez que vayas de shopping, hazle un upgrade a ese cajón de las pijamas. Porque si todos dormimos, ¿por qué no hacerlo con estilo?
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