Si todavía no has visto Celda 211, solamente pregúntale sobre ella a las personas de tu vida: hay grandes probabilidades que sean fans, porque la serie mexicana es desde su estreno una de las más vistas en Netflix México, demostrando que las buenas historias no son modas pasajeras y que el público está listo para ver narrativas que entretengan y que nos hagan pensar. Recientemente pudimos platicar con dos de sus protagonistas, Diego Calva y Ana Sofia Gatica, acerca de cómo crearon a personajes tan poderosos y lo que significó para ellos este proyecto.
Pero antes, un poco de historia: Celda 211 es originalmente una novela de 2004, que más tarde se convirtió en una excelente película española, ganadora de 8 premios Goya en 2010. Para llegar a México, por supuesto que la trama evoluciona y se adapta a las realidades del sistema de justicia en nuestro país, tomando como inspiración tanto la novela del mismo nombre como hechos reales ocurridos en el Centro de Reinserción Social para Adultos 3 en Ciudad Juárez, Chihuahua, en 2023.
En el centro de todo está el abogado Juan Olvera (Diego Calva), quien queda atrapado en una cárcel en Ciudad Juárez durante un levantamiento de prisioneros y tiene que fingir ser un reo para cumplir su objetivo de regresar a su vida con Helena (Ana Sofía Gatica), su novia que está embarazada. En una conversación sobre sus metas como actores, la creación de la vida doméstica de Juan y Helena y lo que quisieran que la audiencia se lleve de la serie, aprendimos un poco más de lo que Ana y Diego vivieron en la filmación de la serie.
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Sobre la historia de amor de Juan y Helena
Ana Sofía: hicimos mucho trabajo en los ensayos con el director Jaime Reynoso. Teníamos solo una escena para hacer entrañable a esta pareja y eso nos motivó mucho a Diego y a mí para que se lograra.
Diego: sí, teníamos solo un penal para meter el gol y creamos esta dinámica muy relajada entre ellos. Hicimos reshoots de esas escenas después de la filmación principal, y aunque algunas cosas no se acaban viendo en pantalla, nos sirvieron a nosotros para conocer bien a los personajes y construir su relación.
Fue muy orgánica la manera en la que Ana Sofía y yo nos empezamos a encontrar, desde el inicio fuimos muy pícaros, algo que no estaba en el guion pero que fue surgiendo entre nosotros, y Jaime decidió preservar esa esencia más espontánea.
Los retos de cada personaje
Diego: Juan es un personaje con un arco muy pronunciado, que cambia mucho a lo largo de la serie. A mí me ayudó estar siempre en la misma locación, estar en la cárcel encerrado se volvía real porque me pasaba 13 o 14 días allá adentro, incluso cuando hacía ejercicio lo hacía en el gimnasio que habían montado ahí y con eso conseguí esa sensación de aislamiento, que es de lo que se trata la serie. Y por supuesto también me ayudaron los compañeros, porque llega Noé Hernández y piensas “tengo que ponerme a actuar”.
Ana Sofía: para mí fue diferente porque Elena tiene un inicio más solitario, pero cuando se genera ese sentido de comunidad es cuando está afuera del penal, cuando tiene una relación con Lupe, el personaje de Giovanna Zacarías, y con Lady Tacos de Canasta. Ellas representan a esas familias que pasan tanto tiempo juntas que se hacen familia entre sí, entonces yo me apoyé mucho en esos vínculos que se logran a partir de la búsqueda, de las incertidumbres que tienen nuestros personajes.
Y el otro motor era el embarazo de Helena, el mundo entero de ella está en su bebé y por eso ella arriesga todo para encontrarse con Juan y en general en su búsqueda por la verdad, por entender qué está pasando.
Contar historias que impacten a la sociedad
Diego: para mí la historia de Juan es casi un pretexto, es la parte de ficción de la serie, pero la tragedia más fuerte está en Helena, en Lupe, la gente que está allá afuera, la sociedad civil y esa unión que se genera fuera de los penales, las familias que están esperando. Juan es un vehículo para contar esta realidad nacional muy fea, en donde no hay una verdadera justicia ni un trato humano.
Ana Sofía: sí, la oportunidad de hacer un proyecto como este y de retratar a un personaje como Helena es la oportunidad de darle representación a mujeres que vemos todos los días en nuestro país que luchan contra la injusticia, es un logro muy grande verlo en una plataforma como Netflix.
Diego: es un proyecto que cumple todas mis expectativas como actor, que funcione como entretenimiento, que sea ambicioso y que la gente termine con un tipo de reflexión. Y como actores nos permite estar en una posición incómoda, plantear preguntas a partir del pretexto de la ficción.
Ana Sofía: a mí “el arte por el arte” no siempre me es suficiente, como que falta una pieza del rompecabezas, y lo que hicimos con Celda 211 está generando una cadenita de reflexiones que realmente no vi venir cuando estábamos haciendo la serie.
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