Cuando creías que ya lo habías visto todo en moda, llega Maria Grazia Chiuri y te lleva a un jardín en Kioto para mostrarte su colección Otoño 2025. Sí, leíste bien: el último desfile de Dior se hizo nada menos que en el templo Toji, entre pagodas, historia y mucha vibra zen. ¿El resultado? Un momentazo de moda con alma japonesa y elegancia parisina.
Un kimono, pero make it Dior
Desde el minuto uno se notó que esto no era cualquier pasarela. Las modelos desfilaban como si flotaran, con abrigos sueltos tipo kimono, faldas largas y pantalones amplios que se movían como olas. Todo en seda, con estampados de jardines japoneses, bordados dorados y flores por todos lados. El negro fue el hilo conductor, pero no un negro aburrido: era profundo, elegante, casi hipnótico.
Maria Grazia no solo tomó inspiración en Japón; lo abrazó. Se metió de lleno en el universo de Christian Dior, que amaba la cultura japonesa desde siempre. ¿Sabías que en los 50 ya diseñaba vestidos inspirados en grabados japoneses? Incluso uno se llamaba “Tokio” y otro “Jardín Japonés”. Básicamente, Dior y Japón tienen una relación de amor de décadas.
Alta costura con cultura
Y lo de esta temporada fue cómo renovar los votos. La Maison no solo mostró la colección en uno de los lugares más mágicos de Kioto, también aprovechó para apoyar el arte local —y no tan local— como el de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, parte del festival KYOTOGRAPHIE. O sea, moda, arte, cultura… todo junto y bien mezclado. ¿El mood? Soñado. ¿El front row? Estelar. Lily James, Monica Barbaro y Anna Sawai estuvieron entre las invitadas que no se lo quisieron perder.
En resumen: Dior volvió a demostrar que cuando se trata de contar historias a través de la moda, lo hace como nadie. Este desfile fue un viaje visual que conectó el pasado con el presente, lo clásico con lo contemporáneo, París con Japón. Y sí, ahora todas queremos un kimono con bordado dorado en nuestro clóset. Gracias por tanto, Dior.
Explora más en: Instyle.mx
